Cristóbal Balenciaga, avant-garde a la española.


Balenciaga nació en Getaria, un pueblo pesquero del País Vasco. Su padre era pescador y murió cuando Cristóbal tenía 11 años, por lo que su madre tuvo que hacerse cargo de la familia. Se dedicaba a la costura, lo que permitió al diseñador familiarizarse con el patronaje y el diseño desde muy joven. A los trece años, conoció a la séptima marquesa de Casa Torres, abuela de la Reina Fabiola de Bélgica, quién más tarde se convertiría en su mecenas y financiaría sus estudios en sastrería en San Sebastián.

En 1917 decidió abrir su taller y en poco tiempo, ganó mucha popularidad. Atrajo clientes de la alta sociedad y la realeza, permitiéndole expandir su negocio creando otro taller, enfocado a la clase media. Ante las buenas perspectivas del negocio, en 1924, abrió su primera tienda en Madrid y tan solo un año después, abrió otra tienda en Barcelona.

Al estallar la Guerra Civil, el diseñador se exilió a París, donde abrió con la ayuda de un empresario local una boutique en el número 10 de la avenida George V.
En 1937, presentó su primera colección en España y el éxito fue inmediato. Sus diseños en esta primera etapa estaban marcados por la necesidad de la comodidad y las líneas fluidas, un equilibrio perfecto junto con esos grandes volúmenes y la reinterpretación de prendas propias del folclore, como la capa o el kimono. Las referencias del mundo del arte con obras de Goya y Velazquez, le ayudaron a incluir diseños actualizados propios de la cultura nacional como la chaquetilla de torero, la mantilla y otros elementos que, hoy en día, seguimos viendo muy presentes en la firma.
Esta, fue la marca de la casa y el patrón a seguir de la moda entre los años 40 y 70, hasta que el modisto decidió retirarse.


Cuando la Alta Costura comenzó a perder protagonismo, dejando paso al prêt-à-porter, Balenciaga decidió cerrar su firma y volver a España donde falleció en 1972.

Después de que la firma fuera adquirida por diferentes diseñadores, no es hasta 1997 cuando el diseñador francés Nicolás Ghesquière, con sólo 24 años, recibe el encargo de devolver a la marca sus esculturales volúmenes y su estilo vanguardista.
Uno de sus desfiles más icónicos fue el de primavera de 2008 en el que incluyó little dresses, prendas con estampado floral, mangas abullonadas y la reinterpretación de las gladiadoras en versión bota, convirtiéndose en el calzado tendencia de ese mismo año.
Balenciaga volvía al ruedo, y el nuevo diseñador supo cómo colocar el nombre de nuevo en boca de todos; sus nuevas musas alzaron la imagen de la firma y nos enseñaron mujeres fuertes y poderosas, algo que ya veíamos en los inicios de la firma. No contento con todo aquello, Ghesquière decidió darle una vuelta al concepto de ‘tienda’ y junto con otros artistas decidió transformar la experiencia de compra y convirtió las tiendas en museos.

A finales de 2012, Ghesquière dejó Balenciaga porque no estaba satisfecho con la dirección. La firma decidió que el americano Alexander Wang sería perfecto para sustituirlo y así lo confirmó, su primera colección al frente de la casa de moda tuvo una gran acogida.

Tras la presentación de la colección de primavera-verano de 2016, los rumores se confirmaban y el grupo Kering anunció que no renovaba el contrato con Wang y Demna Gvasalia, fundador de la firma Vetements, sería el nuevo director creativo de la firma.
El diseñador georgiano revolucionó la marca apostando por el streetwear, las culturas urbanas y el fenómeno viral, lo cual ha hecho que casi en cada desfile alguna de sus prendas o complementos se convirtieran en iconos de la firma.
El nuevo Balenciaga era puro arte: jugó con la logomanía, mezcló desfiles masculinos y femeninos, con modelos que se salían del cánon de belleza común, y triunfó marcando toda una década con las zapatillas ugly y las maxi hombreras.


En 2020 Demna decide participar en la Semana de la Alta Costura de París, regresando así a las raíces de Balenciaga. Para la colección de otoño de 2022, el diseñador rindió tributo a la firma incluyendo algunos elementos utilizados por Cristóbal Balenciaga, dejando claro que el diseñador español es uno de los mayores referentes de la historia de la moda.


En estos últimos meses, la firma se ha visto envuelta en varias polémicas a causa de sus últimas campañas publicitarias que hacen referencia al abuso infantil, en consecuencia, muchas celebridades seguidoras de Balenciaga han decidido poner distancia.
Demna se disculpó oficialmente en una publicación de Instagram y comunicó que se realizarían investigaciones, tanto internas como externas, para conocer cómo pudo suceder esto y quién fue el causante de estas malas gestiones.
Este problema ha afectado de lleno a la marca y a la confianza de sus seguidores. Otros creativos antes que Demna, ya han pasado por un bache del que luego la firma ha sobrevivido, como fue el famoso caso de John Galliano.
No sabemos cómo ni cuándo será la vuelta al juego de Balenciaga, lo único que esperamos es que, como en anteriores ocasiones, lo haga resurgiendo de sus cenizas y honrando el gran legado que dejó el modisto español.
23 de enero de 2023
Macarena López y Mónica Ribera