Sostenibilidad y moda, por qué no es tan fácil de escoger (y ojalá lo fuera).


Se acercan fechas señaladas e importantes para la mayoría de familias, vivimos tiempo de fiestas. La cena de nochevieja, la comida de navidad, fin de año, cenas de empresa… un largo etcétera. Para todas estas ocasiones siempre nos viene el mismo ‘dolor de cabeza’ de: ¿qué me pongo? Y no solo esto, luego se avecina el momento regalos.
A muchas de nosotras nos preocupa mucho el llevar algo que nos encante para estos eventos importantes y que al mismo tiempo sea algo que puedas usar también en un futuro y que no se quede abandonado en el armario. Tampoco queremos llevar lo que todo el mundo lleva y, a ser posible, que este consumo no genere más mal del que ya hay.
Si a esto además le sumamos el gasto extra que esto puede generar así como la escasez de tallas en el sector, la montaña va creciendo.

Cuando decimos que no es tan fácil ni tan bonito consumir de manera responsable sobre todo viene por estos dos grandes handicaps: el precio y la talla.
Por desgracia en la mayoría de marcas sostenibles o de producción responsable, el tallaje de sus prendas es justo, entendemos que esto viene de en previo estudio de mercado, no queremos hacer mucho hincapié en los motivos ya que realmente los desconocemos. Pero puede ser que este sea uno de los motivos, la falta de consumo de ciertas tallas.
Y esto suena como un pez que se muerde la cola: no producen una talla 44 por lo tanto no compro en esa marca, como no compro en esa marca no producen una talla 44. Y vuelta a empezar.
Esto por desgracia es la realidad de muchas personas, no compran en firmas sostenibles porque no tienen opciones.

Quedarían por lo tanto las opciones de reutilizar o comprar de segunda mano. No mencionamos alquilar porque, en la mayoría de los casos, esta ropa de alquiler también tiene un tallaje muy limitado.
Lo bueno de este nuevo movimiento sostenible que hay actualmente entre la generación z y los millennials, es que se ha vuelto algo popular y bien visto comprar de segunda mano o vintage, algo que antes no pasaba, y esto ha hecho que, al crecer la demanda la respuesta de las marcas haya sido en positivo, cada vez tenemos más opciones y variedad.

Hemos dejado para lo último el segundo gran qué, el dinero, el más complicado de abordar creemos.
A colación de las compras en tiendas de segunda mano queremos mencionar que, debido a la demanda, en algunas casas vintage los precios también se han encarecido y a veces ‘pica’. No obstante, sigue siendo la opción más asequible de todas y sin duda nuestra favorita, dar una segunda o cuarta vida.
Aún así, pensamos: nosotras también queremos llevar la última moda y además que sea sostenible, que caprichosas. Pero claro, no siempre la economía está a nuestro favor y la verdad, consumir de manera responsable dentro de esta línea de mercado es algo caro.
¿Será por el mismo motivo que el de las tallas?
Creemos que podemos sumar uno más que razonable e importante, que la producción sea responsable en cuanto a los derechos de los trabajadores y a la contaminación de dichos procesos. En este caso, no hay queja alguna. Entendemos el precio de este coste y el de la materia prima usada.
Pero, ¿puede haber una posibilidad de que a más consumamos en estas marcas y mayor sea su beneficio, puedan llegar a bajar el precio de sus productos?

Sabemos que el hábito de consumo en nuestro país, así como en el mundo occidental en general, es algo que tenemos todos en común y en el cual ya nos educan.
Estamos seguras de que en la mayoría de casos, si pudieran escoger sabiendo el qué, escogerían la opción sostenible pero no pueden. No hay tallas y es caro. Por lo tanto, no es tan fácil.
Esta es una reflexión a la que llevamos mucho tiempo dándole vueltas, porque muchas veces nos encontramos en esta tesitura y no queremos juzgar ni ser juzgadas, solo intentar informar, informarnos y hacer pequeños cambios.
23 de diciembre de 2022
Macarena López y Mónica Ribera